Historia de los Dirigibles
Durante largo tiempo la evolución de la aeronave dirigible fue en gran medida paralela a la del aeroplano de motor. Tras varios intentos cercanos al éxito, ambos aparatos alcanzaron la fase de utilidad práctica a principios del siglo XX.
El globo aerostático presenta el serio inconveniente de que no puede dominar las corrientes de aire y es difícilmente manejable. Durante muchos años los hombres interesados en la navegación aérea buscaban la solución convirtiendo los globos en dirigibles. Para ello construyeron globos alargados dotados de timones y motores.
El problema más difícil que se ofreció a los constructores de estas aeronaves fue el de solucionar el serio inconveniente de la flacidez debida a la pérdida de gas, puesto que el hidrógeno, al escapar con gran facilidad, ocasionaba la deformación y doblamiento del aeróstato.
En un principio, y a fin de evitar tal inconveniente, se idearon los llamados dirigibles «flexibles», caracterizados por el acoplamiento de globos interiores compensadores, en los que se inyectaba gas o aire a presión. Más tarde aparecieron los dirigibles «semirrígidos», en los cuales la rigidez se obtenía gracias a una viga o quilla, instalada de proa a popa, en el interior de la envoltura. Los dirigibles «rígidos» están conformados por un armazón metálico exterior y un conjunto de globos interiores.
Tanto en unos como en otros, las barquillas se sitúan en la parte inferior, suspendidas bien de la envolvente —como en el caso de los dirigibles flexibles y semirrígidos— bien de la armazón o quilla, cual sucede en los rígidos.Todo dirigible está provisto de planos estabilizadores y timones. Los motores se instalan en barquillas secundarias o se acoplan a la barquilla principal.
El gran paso fue dado por el brasileño Alberto Santos-Dumont, quien construyó en París pequeños dirigibles propulsados por motores ligeros de gasolina. El 19 de octubre de 1901 alcanzó la fama al rodear la torre Eiffel en un recorrido circular de diez kilómetros, ganando 125.000 francos.
Mientras que los dirigibles de Santos-Dumont eran aún semirrígidos, el conde alemán Ferdinand von Zeppelin construyó aeronaves rígidas de estructura metálica. El 2 de julio de 1900 se elevó en el aire, a orillas del lago Constanza, en su primer aparato de este tipo: el LZ. En 1911 el dirigible Schwab en llegó a realizar más de 200 vuelos.
Durante la Primera Guerra Mundial aparecieron en el cielo de Inglaterra «zepelines» alemanes cargados con bombas. Y en noviembre de 1917 despegaba un LZ 59 que habría de volar hasta el África Oriental alemana y aprovisionar a los soldados germanos. Sin embargo, recibió órdenes de retornar y consiguió volver sin incidentes.
Después de la guerra continuó la construcción de dirigibles no sólo en Alemania sino también en Inglaterra, Francia y América. En 1919 el dirigible militar británico R 34 voló desde Escocia sobre el Atlántico hasta Nueva York, para retornar después. En la aviación civil hicieron historia los zepelines alemanes. Durante muchos años transportaron miles de pasajeros por las más variadas rutas, principalmente sobre el océano Atlántico. En 1929 el LZ 127 (Graf Zeppelin) voló alrededor de la Tierra en un viaje de 21 días.
El final llegó al incendiarse el 6 de mayo de 1937 un LZ 129 (Hindenburg) cuando realizaba la maniobra de aterrizaje en Lakehurst. Aquel día terminó la era de los dirigibles para pasajeros.
CÓMO ES UN DIRIGIBLE. Fácilmente se habrá podido advertir que de entre los diversos tipos de dirigibles acabados de citar, el denominado «rígido» presenta enormes ventajas sobre los demás tipos. La armazón está constituida por un conjunto de vigas y largueros, generalmente de duraluminio, unidos mediante remaches. Los globos sustentadores van provistos de válvulas de seguridad para evitar explosiones.
El interior está cruzado por pasarelas y escaleras que permiten la vigilancia y cuidado de los equipos motores, así como el acceso a cualquier punto de la aeronave. Los alojamientos de la tripulación y los depósitos de víveres y de combustible, que en los primitivos dirigibles se hallaban en la cabina principal, se situaron después en el interior de la armazón.
El empleo del hidrógeno como gas sustentador, entrañaba grandes peligros debido a su combustibilidad, por lo que fue sustituido por el helio, gas no inflamable. Sin embargo, los más célebres dirigibles alemanes emplearon siempre hidrógeno, toda vez que los Estados Unidos, únicos productores de helio, se negaron reiteradamente a suministrarlo.
La propulsión se obtiene mediante motores de explosión a esencia o Diesel. Los constructores de dirigibles tuvieron que resolver el difícil problema que representa la constante pérdida de peso experimentada por dichas aeronaves, debida al consumo de combustible. Tal pérdida se traduce en un paulatino aumento de la fuerza ascensional.
En los primeros dirigibles se conseguía el equilibrio de fuerzas mediante la suelta de gas. Los alemanes, en el Graf Zeppelin tuvieron el acierto de solucionar dicho problema utilizando un combustible gaseoso cuya densidad era casi igual a la del aire.
El aterrizaje de un dirigible es siempre una cuidadosa operación, muy semejante a la maniobra de atraque de un gran navío. Se realiza mediante el lanzamiento de cuerdas o cables que luego se sujetan a un poste de amarre, en cuya parte superior se halla dispuesto un enganche giratorio, con el fin de que la aeronave pueda orientarse por sí sola, cara al viento.
PRINCIPIO BÁSICO DE FUNCIONAMIENTO
Si colocamos una bolsa de papel boca abajo sobre un calentador, tenderá a subir. Esto es lo que advirtió el fabricante de papel José Montgolfier en 1782. Proyectó una bolsa de seda de algo más de un metro cúbico de capacidad, quemó papel en la parte inferior, y comprobó que la bolsa se distendía y subía al techo. La razón que motiva este curioso fenómeno físico es muy sencilla: al ser calentado, el aire que se encuentra en el interior de la bolsa se expande y se vuelve más liviano que el aire circundante.
El aire frío rodeado de aire a la misma temperatura. Las moléculas de ambos se encuentran igualmente espaciadas. En consecuencia ambos tienen la misma densidad.El aire caliente rodeado de aire frío. Las moléculas de aire caliente están más espaciadas que las de aire frío. El aire caliente es menos denso y, por ende, más liviano que el aire frío que lo rodea. (Derecha), hidrógeno rodeado de aire. El hidrógeno es más liviano que el aire porque sus moléculas también resultan más livianas.
En 1783, J. F. Pilatre de Rozier y el marqués d’Arlandes llevaron a cabo la primera ascensión en globo aerostático de aire caliente, tipo Montgolfier, en París. Cubrieron casi diez kilómetros antes de descender. Diez días después, el profesor Charles y un mecánico, Roberto, también saliendo de París, cubrieron más de 43 Km. en un globo lleno de hidrógeno. En 1836, Tomás Monk Masón, Roberto Holland y Carlos Green volaron de Londres a Weilburgo (Alemania). Este record de casi 770 kilómetros se sostuvo hasta 1907.
HISTORIA DEL DIRIGIBLE. El primer intento apreciable se debe a Bernier, quien en 1844 construyó un dirigible movido por hélices accionadas mediante una máquina de vapor. En septiembre de 1852 Enrique Griffard presentó un magnífico dirigible de 44 m de longitud y 2.500 m3 impulsado por una máquina de Vapor de 3 HP, con la que se logró alcanzar la velocidad de 10 Km./hora.
Siguieron después, con escaso éxito, otras construcciones de dirigibles equipados con motores a gas y eléctricos, hasta que en 1872 el alemán Haenlein proyectó y llevó a cabo la construcción de un aeróstato dirigido de 50 m de longitud y 2.400 m3, cuya propulsión se obtenía mediante un motor de explosión.
Renard y Krebs, capitanes del ejército francés, construyeron la aeronave La France, de 50 m de longitud y 1.864 m3j con 1a que llevaron a cabo por primera vez en tal clase de aparatos un vuelo en circuito cerrado (9 agosto 1884).
Ya en nuestro siglo fueron los alemanes quienes consiguieron un progreso notabilísimo, al producir el famoso Zeppelin LZ-i, que efectuó su primera ascensión el 3 de julio de 1900 en el lago de Constanza. Su inventor, el conde alemán Fernando de Zeppelin, había perfeccionado la envolvente metálica ideada por Schwartz en 1897. Dicha aeronave tenía 128 m de longitud y 11,7 m de diámetro; la fuerza ascensional era proporcionada por 17 globos interiores que totalizaban un volumen de 11.300 m3 de gas. Iba provisto de dos motores Daimler de 16 HP, instalados en sendas cabinas situadas en los costados.
Durante los años comprendidos entre 1898’y 1907, Santos Dumont, el gran aviador brasileño, ideó y construyó 14 dirigibles. Adquirió enorme popularidad al conseguir adjudicarse el gran premio del Aero Club de Francia, establecido para el primer aeronauta que circunvalara la Torre Eiffel.
Desdé los comienzos del presente siglo hasta el estallido de la primera Guerra Mundial, la construcción de dirigibles prosiguió a ritmo creciente en todos los países de Europa, donde importantes empresas rivalizaban en presentar modelos cada vez más perfeccionados. Refiriéndonos solamente a España, cabe destacar los trabajos realizados por los ingenieros aeronáuticos Torres Quevedo y Kindelán, quienes en 1907 construyeron un magnífico dirigible tritubular, tipo Astra-Torres, adoptado luego en Francia y en los Estados Unidos.
Mientras la mayoría de constructores mostraban gran predilección por los dirigibles flexibles y semirrígidos, el Conde Zeppelin convirtiose en adalid de los «rígidos», que llevaron su nombre. Al estallar la primera Guerra Mundial, la casa Zeppelin había construido 25 grandes dirigibles destinados al Ejército, a la Marina y a servicios regulares para el transporte de viajeros.
Las ventajas de los rígidos sobre las otras clases de dirigibles queda palpablemente demostrada al considerar que hasta el momento de estallar el citado conflicto, los zeppelines transportaron 34.228 pasajeros en 1.583 viajes, sin que en ellos se produjera ni un solo accidente.
Durante las hostilidades, los beligerantes utilizaron los dirigibles en misiones de bombardeo (Londres fue atacada en 1914 y 1915), observación y transporte, pero debido a su enorme volumen y lentitud, fueron fácil presa de los aviones de caza y de la artillería.
Durante las hostilidades, los beligerantes utilizaron los dirigibles en misiones de bombardeo (Londres fue atacada en 1914 y 1915), observación y transporte, pero debido a su enorme volumen y lentitud, fueron fácil presa de los aviones de caza y de la artillería.
En 1919, recién terminada la guerra, Inglaterra construyó el dirigible R-34 que efectuó la primera travesía del Atlántico. En 1922, y a cuenta de las reparaciones de guerra, la casa Zeppelin inició la construcción de un gran dirigible, el LZ-I26, destinado a los Estados Unidos. Sus características eran las siguientes: 200 m de longitud; 70.000 m3 y 5 motores de 420 HP que permitían desarrollar tina velocidad de roo km/h. El día 12 de octubre de 1924, pilotado por el famoso Dr. Eckener, emprendió la travesía del Atlántico, desde Friedrichshafen a Lakeurst.
Especial mención merece también el formidable Graf Zeppelin L-Z-I2J, producto de la esmerada técnica alemana. Durante los años comprendidos entre 1928 y 1937, efectuó 582 vuelos, en los que recorrió 1.680.000 km y transportó 12.860 pasajeros. Sin contratiempo alguno, efectuó la travesía del Atlántico en 137 ocasiones. Este dirigible tenía una longitud de 235 m y un volumen de 105.000 m3, iba equipado con 5 motores de 530 HP, alimentados por gas Blau. El departamento dé pasajeros tenía una superficie de roo m2, distribuidos en 10 cabinas bipersonales, comedor, lavabos y cocina.
Durante los años que precedieron a la segunda Guerra Mundial, fue enorme el desarrollo adquirido en los diversos países por la industria dedicada a la construcción de dirigibles. Sin embargo, y a pesar de que incluso la propia Alemania construyó el Hindenburg L-Z-I27, de colosales proporciones (245 m longitud, 41,20 m diámetro, 190.000 m3, equipado con cuatro motores Diesel de 1.000 HP), ninguno de ellos logró alcanzar los éxitos y celebridad del famoso Graf Zeppelin, que al ser desmontado cerró para siempre un hermoso capítulo perteneciente a la historia de la navegación aérea.
Los desastres ocurridos con los zeppelines, especialmente el incendio del Hindenburg en Lakehurst y el Akron de la Armada de los Estados Unidos, señalaron la total decadencia de este vehículo aéreo.
El Hindenburg en el momento de incendiarse al disponerse a amarrar.
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